M ó d u l o   4 :
El Reino de la Luz

Había una vez un poderoso rey que estableció el Reino de la Luz. Toda su gente lo quería mucho por los enormes sacrificios con que derrotó a sus enemigos, el Pecado y la Muerte, que habían asolado con oscuridad a la tierra. La gente pasaba sus días enseñando y cantando de las maravillas de su rey, y sirviéndose unos a otros con amistad y amor.

Entonces un día este amado rey anunció que debía partir en un viaje largo. Reunió a sus seguidores y les retó para que trabajaran extendiendo su reino a toda nación de la tierra mientras él estaba ausente. Debían ir y decirle a toda persona en toda nación que el Pecado y la Muerte habían sido derrotados e invitarlos a unirse al Reino de la Luz. El rey les dio su anillo para sellar a fin de que pudieran ir en su nombre y con su autoridad, y hacer la tarea que les dejaba encargada. Bendijo a todos con dones de tiempo, talento y tesoro. Luego se fue, prometiendo volver cuando ellos hayan completado esta tarea y traer un nuevo reino más magnífico, incluso mejor que el presente.

Unos pocos de los seguidores del rey se dedicaron con ahínco a la tarea, usando sus talentos para traer a muchas otras personas de otras naciones al Reino de la Luz. Sin embargo, algunos de los seguidores del rey quedaron tan deslumbrados por los dones que egoístamente se los guardaron para sí. Otros seguidores tenían miedo, o eran ociosos y no hicieron nada. A algunos de los seguidores no les gustaron las otras naciones que encontraron, y ni siquiera querían que fueran parte del Reino de la Luz. Otros se quedaron apáticos, creyendo que el rey nunca volvería, y derrocharon tontamente sus dones.

Muchos años más tarde, cuando el Reino se había extendido para incluir a personas de todas partes del mundo, el rey volvió gloriosamente, exactamente como había dicho. Separó a sus seguidores de los que no aceptaron su invitación para unirse al Reino de la Luz. A los que le rechazaron los arrojaron para siempre al abismo oscuro de fuego. Luego sus seguidores fueron llamados ante su trono para rendir cuentas de cómo habían usado sus dones mientras el rey estaba lejos.

Fue un día que nunca volverá a repetirse en la historia del Reino. Fue impresionante. A los que originalmente se les había dado más dones, se les exigió más resultados. Los que no usaron sus dones sabiamente lloraban lamentando al ver que se les quitaba sus dones y se los daban a otros. A los que fueron fieles con lo que se les había dado, se les dio incluso más. Los que se dedicaron a expandir el Reino de la Luz recibieron grandes recompensas y autoridad en el nuevo reino.

De nuevo, como antes, la gente pasaba sus días enseñando y cantando de las maravillasde su rey, y sirviéndose

unos a otros con amistad y amor. La era de la expansión había terminado. El Reino de la Luz quedó establecido para siempre.

“Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9).

Reflexión Personal: Como seguidores de Jesús él quiere que cada uno de nosotros le proclamemos ante el mundo que nos rodea. Usted es parte de un pueblo escogido, y Dios le ha creado con un propósito y destino singulares. Piense en los tres dones que Dios le ha dado: Tiempo, talento y tesoro. ¿Los ha usado alguna vez para extender el “Reino de la Luz” a los que están perdidos en tinieblas? ¿Cuáles son algunas maneras en que podría usarlos más en el futuro?

A. Nuestro “Ayudador,” el Mejor Don

Retrocedamos en el tiempo a algunas de las últimas palabras que el Rey Jesús dijo antes de irse. Nos ordenó que vayamos al mundo entero para proclamar las Buenas Nuevas, pero no nos dejó sin ayuda ni solos para que realicemos esta amedrentadora tarea. Nos dejó otro don, un don GRANDE.

“Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” (Hechos 1:8).

Jesús nos envió a un “Ayudador,” el Espíritu Santo que nos da poder. Dios nos promete la ayuda del Espíritu Santo para cumplir su Gran Comisión, y nos promete que estará siempre con nosotros.

“…les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20).


Muchas veces nos sentimos ineptos para la tarea, especialmente cuando nos vemos frente a diez mil etnias que todavía no tienen una iglesia evangélica establecida. Pero Cristo está con nosotros. No estamos solos.

“Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el SEÑOR tu Dios te acompañará dondequiera que vayas” (Josué 1:9).

En Hechos 1:8 Jesús menciona varias arenas de participación para sus testigos: Jerusalén, Judea, Samaria, Y hasta las partes más distantes de la tierra. Esto se relaciona a un ambiente moderno así:

                Jerusalén => su ciudad natal o donde vive al presente
                Judea => su propia cultura o grupo étnico
                Samaria => una cultura o etnia cercana con la cual la suya
tiene tensiones
                Los confines de la tierra => cualquier parte en donde todavía
no conocen a Jesús
   
             (Romanos 15:20)

Note que Jesús no dijo: “Cubran primero todo Jerusalén, y luego pasen a Judea, después a Samaria, y finalmente, si les queda tiempo, vayan lo más lejos que puedan de aquí y háblenle de mí a la gente”. Más bien, lo que quiere es que participemos en las cuatro arenas al mismo tiempo. Usted puede extender el reino de Dios en su propia ciudad y cultura, en una cultura cercana (pero diferente), y entre las étnias no alcanzadas del mundo. La mayoría de nosotros tiene muchas oportunidades de ministerio muy cercanas a casa, y eso es bueno; no obstante, no podemos olvidarnos de las personas más necesitadas: los que no han sido alcanzados, que no tienen iglesia cristiana, que no tienen oportunidad de oír el evangelio, y a menudo, que no tienen la Biblia en su idioma.

B. Superando los Obstáculos Personales

Cuando Dios se le apareció a Moisés y lo llamó, Moisés adujo muchas excusas diferentes para no responder en obediencia. El temor y la inseguridad eran para Moisés obstáculos mentales que le impedían realizar los propósitos para los que Dios lo había creado. Pero Dios respondió a cada una de las excusas de Moisés, y fortaleció su fe, no sólo una vez, sino muchas veces. Dios estuvo con Moisés, le dio autoridad, y le dio compañeros con los cuales trabajar.

Actividad: Empareje cada personaje bíblico con un obstáculo que Dios le ayudó a superar.

1. Sara (Génesis 18:12-14) __

2. Jonás (Jonás 1:1-3) __

3. David (1 Samuel 17:33) __

4. Juan Marcos (Hechos 15:37, 38) __

5. Gedeón (Jueces 6:27) __

6. Elías (1 Reyes 19:2-3a) __

a. Rechazo de un dirigente

b. Temor de lo que otros van a pensar

c. Renuencia para obedecer

d. Temor y autopreservación

e. Incredulidad

f. Juventud

Dios no está limitado por nuestra debilidad. Es más, él puede recibir más gloria en nuestras debilidades que por nuestra fuerza. Como seres humanos tendemos a atribuirnos el crédito de las cosas que hemos logrado por nuestras propias fuerzas. Pero cuando llegamos al fin de nuestras capacidades y nos enfrentamos a nuestras debilidades, entonces dependemos de que Dios se muestre poderosamente. A decir verdad, es a menudo en esas ocasiones, cuando nos sentimos más tontos y débiles, ¡que Dios hará su mayor obra por medio de nosotros!

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).

C. Haga una Diferencia

Dios le ha hecho de manera singular, para un propósito singular. El tiempo, talento y tesoros que usted tiene pueden ser dirigidos de manera que afecten a los no alcanzados.

Decida ahora cómo participará personalmente para ver que el reino de Dios se establezca en una etnia no alcanzada. Tal vez usted ya ha escogido un grupo étnico, al que usted piensa que Dios le está llamando a que ayude a alcanzarlo. Si no, concéntrese en hacerlo (vea el Módulo 3 de este seminario “Impacto para la Eternidad”).

La siguiente lista indica apenas unas pocas de las maneras en que usted puede participar para alcanzar a los no alcanzados. Usted puede confiar en que Dios le dará otras ideas nuevas y creativas para su participación también. Ore al considerar estas opciones, y permita que Dios le muestre su plan para usted. Si su iglesia entera está adoptando una etnia no alcanzada, comprométanse a todas las opciones y anime a todos los miembros de su iglesia a participar.

1. Investigación y Oración. Conozca a su étnia no alcanzada mediante la investigación. Empiece a recoger información en la biblioteca, o en la internet si tiene acceso. Conviértase en un “experto” en la cultura, costumbres y creencias de ese grupo étnico. Ore a favor de ellos regularmente.

Por varios años Sunita estudió y oró por los tibetanos de las altas montañas. Fielmente le pedía a Dios que enviara obreros para que inicien nuevas iglesias entre estas étnias no alcanzadas. Ni sospechaba el papel clave que ella desempeñaría en la contestación a esta oración. Un amigo de Sunita iba a viajar a los Himalayas, y buscaba un traductor tibetano. Al no poder encontrar al contacto que tenía, se fue solo. En el avión, ¿quién se sentó a su lado? ¡El traductor que estaba buscando! ¡Dios lo puso en ese avión! Entablaron amistad y descubrió que el tibetano era creyente. Cuando más tarde le presentaron a Sunita al hombre, ella sabía que sería una respuesta a su oración, y lo es. Después de tomar un curso de preparación que Sunita le recomendó, el

tibetano empezó a trabajar entre este grupo étnico y una iglesia está empezando en esas montañas remotas. Los budistas de allí ahora conocen a Jesús debido a que Sunita investigó y oró.

2. Ofrendar. Dar de sus recursos personales. La Biblia dice que donde está su tesoro, allí también estará su corazón (Mateo 6:21). La cantidad no es tan significativa como su compromiso para participar directamente. Busque a qué necesidades específicas puede usted dar sus contribuciones para ayudar a alcanzar al grupo étnico que ha adoptado.

La pasión de Kaji es proclamar las Buenas Nuevas de Jesús a los que pertenecen a su propia étnia hindú. Después de llevar al Señor a unos pocos amigos, salen por las aldeas y poblaciones para predicar el evangelio. A veces se desalientan porque no tienen Biblias ni materiales de evangelización para darles a los hindúes que parecen interesarse en su mensaje.

Una iglesia en otro país oyó del trabajo de Kaji. Decidieron enviar una ofrenda para ayudar a Kaji y a su equipo iniciador de iglesias para alcanzar a ese grupo étnico. El dinero fue un impulso grande porque el grupo pudo comprar los materiales que necesitaban. Kaji logró iniciar una iglesia. La nueva iglesia dio inicio a otras tres en poblaciones cercanas. Los hindúes de allí ahora conocen a Jesús porque una iglesia en otra nación dio su ofrenda.

“Cada uno llevará ofrendas, según lo haya bendecido el SEÑOR tu Dios” (Deuteronomio 16:17)

3. Yendo por corto plazo. Conozca al grupo étnico seleccionado visitando su tierra. Organice un viaje misionero de corto plazo para usted o para un grupo de personas, y vayan al grupo étnico seleccionado. Los viajes de corto plazo pueden durar de una semana a un año. Empiece hablando con los obreros en el campo (misioneros) que trabajan con la étnia que usted ha adoptado. Pregúnteles si tienen planeado algún esfuerzo al cual usted pudiera unirse. Si no tienen nada planeado, tal vez usted podría sugerir algo. En algunos casos los obreros en el campo no pueden alojar a grupos de extranjeros, porque puede hacer daño a su estrategia a largo plazo. Sin embargo, puede haber otro lugar a donde su étnia seleccionada se muda o vive como refugiados, y en donde son más receptivos para los extranjeros y para el evangelio. Hay numerosas posibilidades para participación de corto plazo, como medicina, construcción, evangelización, enseñanza, oración, etc.

Mientras realizaba un viaje misionero de corto plazo entre la étnia Zhuang de China, Maelí le habló de Cristo a un anciano que estaba acuclillado frente a su casa de una sola habitación. El humilde caballero recibió a Cristo como Salvador personal, y la adolescente que venía de una iglesia cristiana de Hong Kong experimentó la realidad de que Dios la usara para alcanzar a esta étnia no alcanzada. Meses más tarde el hombre le escribió a Maelí para invitarla a que volviera a su población. Cuando llegó, había más de 70 parientes del hombre, esperándola con todo respeto para oír el mensaje que había cambiado la vida del abuelo. Todos recibieron a Cristo. El hombre es ahora anciano de una iglesia próspera que tiene más de mil miembros y que adiestra a evangelistas jóvenes para que inicien nuevas iglesias. Los chinos de allí conocen a Jesús debido a que Maelí fue en un viaje misionero de corto plazo.

“Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo” (Mateo 9:38).

4. Abogar. Hable de su visión y consiga que otros participen: su pastor, compañeros de estudios, amigos, grupo de estudio bíblico en el hogar, etc. Puede enseñar este seminario “Impacto Eternidad” para inspirar a otros a ayudar a alcanzar a las étnias no alcanzadas. Reúna recursos informativos y guías de oración para inspirar a la oración. Recoja fondos para materiales de evangelización, traducción de la Biblia y otros proyectos destinados a alcanzar lal étnia seleccionada. Averigüe si hay alguna “alianza” de creyentes que también se han comprometido a ver que el grupo étnico que usted ha seleccionado sea alcanzado, y únase a ellos.

Trevor es ciudadano de una nación en América Central. Se comprometió a abogar por un grupo étnico musulmán en particular en África Occidental. Preparó un folleto y empezó a hablarles a otros respecto a este grupo étnico africano necesitado. Consiguió que algunos empezaran a orar y a dar ofrendas. Habló con pastores, y con el tiempo convenció a quince iglesias a que adoptaran el mismo grupo étnico. Cada iglesia empezó entonces a abogar por esa étnia. Oraron, recogieron fondos, y llamaron a los obreros a que vayan. Cuatro años más tarde el primer grupo misionero fue enviado de su nación a este grupo étnico de África Occidental. Los musulmanes de allí ahora conocen a Jesús debido a que Trevor abogó a su favor.

“Yo he buscado entre ellos a alguien que se interponga entre mi pueblo y yo, y saque la cara por él para que yo no lo destruya. ¡Y no lo he hallado!” (Ezequiel 22:30)

Vea al final de este curso la “Guía para el Líder” que le ayudará a enseñar a otros este seminario “Impacto Eternidad.”

5. Yendo como misionero de carrera. Tal vez usted sienta que Dios le está llamando al servicio a largo plazo en misiones a tiempo completo. Hable con su pastor sobre esto, y empiece a buscar opciones de carrera dentro del grupo étnico que usted ha adoptado. Escriba a las agencias misioneras que trabajan con esa étnia, y pregúnteles qué tiene que hacer para unirse y trabajar allí. Tal vez incluso pudiera hacer un viaje personal de exploración y conocerlos. Hay una gran variedad de trabajo que los misioneros pueden hacer. Puede trabajar en administración, atención médica, guarderías infantiles, medios de comunicación, e incluso en la cría de animales. Diferentes trabajos requieren diferentes destrezas. Por ejemplo, para participar directamente en el discipulado necesitará un buen conocimiento de la Biblia, y podría buscar preparación especializada para esa tarea. Busque qué clase de preparación necesita, y haga sus planes según eso.

Daniel y Fátima, joven matrimonio brasileño, oyeron de las tribus animistas en la hoya amazónica y decidieron ir y hacer algo. Oraron y consultaron con su pastor y una agencia misionera. Decidieron ir y hablarles de Jesús a los pobladores de la tribu banawa. Pasaron muchos años aprendiendo el idioma y las costumbres de la tribu, y les hablaron de las palabras de Dios. Por casi diez años no hubo ni un solo convertido a Cristo.

El matrimonio decidió que Fátima, que estaba teniendo complicaciones con su embarazo, debía salir de la aldea para ir a vivir más cerca de algún hospital. Mientras ella esperaba, sintió que el Señor le daba palabra para que volviera lo más rápido que pudiera a la aldea. Al llegar, le contó a su esposo (que estaba

muy sorprendido al verla volver, debido a su embarazo), de la palabra que el Señor le había dado diciéndole que algo iba a suceder entre los banawa. Fátima le explicó a Daniel: “Después de diez años de trabajar aquí, ¡no me lo voy a perder!”

A la semana casi toda la aldea decidió convertirse en seguidores de Cristo. Unas étnias animistas ahora conocen a Jesús debido a que Daniel y Fátima fueron como misioneros.

“Entonces oí la voz del Señor que decía: —¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?
Y respondí: —Aquí estoy. ¡Envíame a mí!” (Isaías 6:8)


6. Ayudar a los que van como trabajadores en el campo
En tanto que algunas personas incluso se mudan para trabajar directamente entre las étnias no alcanzadas, se requiere de muchos otros “en casa” para sostenerlos allí. Esto crea muchas oportunidades para participar. Usted puede unirse a su grupo de sostenimiento en oración o financiero. Puede proveer ayuda en las comunicaciones

enviando la carta circular personal del obrero, o prestando su conocimiento para operar computadores.

Otra oportunidad es alentar a los obreros en el campo enviándoles notas, obsequios, o ayudándoles en otras necesidades. Además, cuando vuelven a su país natal, usted puede proveer hospitalidad y amistad.

Los obreros que van y los que les ayudan están en el mismo equipo. Trabajan juntos para alcanzar a los perdidos e iniciar nuevas iglesias donde no hay ninguna. Sea que usted vaya o envíe, las opciones son interminables y Dios le usará en los aspectos para los cuales él mismo le ha dotado a usted en forma singular.

Por más de veinte años Vernon ha escrito cartas para animar a los obreros cristianos misioneros. Les envía noticias ordinarias, fotografías, y boletines de iglesias. Cuando los misioneros están en su país, los llama, los invita a cenar, y averigua si tienen alguna necesidad que él podría ayudar a subsanar. Ha investigado la manera de enviarles paquetes, e incluso les ha

regalado valiosas herramientas de su propio taller. Su amor y bondad mantiene a los obreros misioneros en sus labores. Las étnias no alcanzadas ahora conocen a Jesús debido a que Vernon ayuda a los obreros de campo a seguir trabajando.

“Del botín participan tanto los que se quedan cuidando el bagaje como los que van a la batalla” (1 Samuel 30:24).  

Porque "todo el que invoque el nombre del Señor será salvo". 14 Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? 15 ¿Y quién predicará sin ser enviado?” (Romanos 10:13-15)

D. Su Herencia y el Retorno de Jesús

“Pídeme, y como herencia te entregaré las naciones; ¡tuyos serán los confines de la tierra!” (Salmo 2:8)

Punto de Acción: Atrévase a soñar en su participación en las misiones mundiales. Pase tiempo ante el Señor, pidiéndole que le revele lo que él desea de corazón para el grupo étnico seleccionado. Comprométase a la acción. El Espíritu Santo le dará poder para que haga un impacto en esa étnia y para la eternidad. Anote lo que Dios le muestra que debe hacer.

Fijar algunas metas personales le ayudará a actuar. Piense en algo que puede hacer de inmediato. Empiece con algunas metas personales en cuanto a la oración, el estudio, sus ofrendas, abogar, o incluso para ir. Considere las siguientes declaraciones para darle algunas ideas y luego escriba su propio plan de acción.

Ideas para el Plan de Acción:
• Seleccionaré una étnia no alcanzado en particular al que
pueda comprometerme.
• Buscaré en la internet o en la biblioteca más información sobre esta étnias.
• Inscribiré mi compromiso en la organización Adopt-APeople
Clearinghouse y notificaré de mi interés a cualquier alianza que exista.
• Oraré por ___ minutos al día por las étnias no alcanzadas.
• Ofrendaré ___ de mis entradas mensualmente para las misiones mundiales.
• Enseñaré los materiales del seminario “Cambiador del
Mundo” a otro grupo este año.
• Buscaré un misionero que está trabajando entre el grupo
étnico seleccionado y le escribiré una carta.

Jesús dejó la tierra y nos confió la tarea de predicar las Buenas Nuevas a todos las étnias de la tierra. Es su deseo “que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad” (1 Timoteo 2: 4). Cuando los propósitos de Dios se cumplan entre todos los grupos étnicos, Jesús volverá gloriosamente a la tierra.
Y este evangelio del reino se predicará en todo el mundo
como testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin. Mateo 24:14

Los que aman a Cristo obedecerán su mandato de proclamar las Buenas Nuevas mientras anhelantemente esperan su regreso.

Ore: Amado Jesús: Gracias por morir por los pecados de todo el mundo, por toda cultura y toda étnia. Te entrego mi vida para ti y tu plan para las naciones. Dame un amor especial por una étnia no alcanzada, en donde pueda participar más personalmente. Estoy dispuesto a orar, ofrendar, ir y hablarles a otros según me guíes. Ayúdame a usar mi vida para hacer un impacto eterno. Amén.