M ó d u l o   2 :
Las Últimas Palabras

Por un momento piense en su familia y sus amigos. Si usted supiera a ciencia cierta que cuando los vea la próxima vez será la última vez que jamás los verá en esta tierra, ¿qué les diría? ¿Cuáles serían las palabras que dejaría con ellos?

         

Aun cuando las palabras en sí que cada uno diría serían diferentes, todos quisiéramos que nuestras palabras sean significativas. Diríamos cosas que son importantes para nosotros.

Hace más de dos mil años Dios mismo vino a esta tierra en forma humana. Tenía familia y amigos. Después de que fue crucificado, sepultado y resucitó de los muertos, pasó un tiempo con ellos, sabiendo muy bien que estaba a punto de dejar la Tierra y ascender al cielo. ¿Cuáles fueron las últimas palabras que Cristo les dijo a ellos y a todos los que hemos seguido a Cristo? ¿Estaríamos de acuerdo en que serían palabras que son muy significativas e importantes? Estos son los últimos deseos expresados por nuestro Señor Jesucristo, según se los dijo a sus discípulos y a nosotros:

Según Marcos, Jesús dijo: "Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura” (Marcos 16:15).

El apóstol Mateo anotó que Jesús dijo: “—Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 20 enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes.” (Mateo 28:18b-20a).

Finalmente, en el libro de Hechos, Jesús dijo: “Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra”. Dicho esto, fue alzado delante de sus ojos, y una nube lo ocultó de su vista (Hechos 1: 8, 9).

Si usted supiera que se va para siempre,
haría que sus palabras finales contaran.
Jesús lo hizo.

A las últimas palabras de Jesús a menudo se les llama “la Gran Comisión”. En realidad lo que hacen es repetir el propósito eterno de Dios que le fue revelado primeramente a Abraham y que sigue por toda la Biblia: El propósito de llevar la bendición de las buenas nuevas de Jesucristo a todas las naciones del mundo. Así que podríamos llamarla la “Gran Re-comisión.” En las traducciones modernas del Nuevo Testamento se usa

la palabra “naciones”, que es traducción de la palabra griega “etne”, que quiere decir grupos étnicos – y no naciones políticas o países. La Gran Comisión podría escribirse así: “Vayan y hagan discípulos de todos los grupos étnicos”. Hay casi 24.000 grupos étnicos distintos en el mundo hoy. Dios quiere que todo grupo étnico tenga la oportunidad de conocerle.

        

Han pasado casi dos mil años desde que Jesucristo nos ordenó IR al mundo entero, y llevar sus Buenas Nuevas a todos los grupos étnicos. ¿Lo hemos hecho?

A. ¿En qué punto estamos hoy?

Si pudiéramos usar a diez personas para representar la población entera del mundo, el estado del cristianismo sería algo como esto:

Cuando Dios nos dijo que vayamos y hagamos discípulos de todos las “etnias” o grupos étnicos, nos estaba dando una buena estrategia. Cada grupo étnico es único, y cada iglesia que se inicia entre ellos también lo será. La identidad cultural a menudo se basa en cosas como idioma, lugar de nacimiento, herencia familiar, nivel social, oficio y educación. Una manera eficaz para que la bendición de Dios se extienda entre un grupo étnico específico es empezar allí una iglesia que pueda evangelizar a otros y discipularlos.

Reflexión Personal: ¿A qué grupo étnico pertenece usted? ¿Cuántas personas de diferentes etnias conoce usted personalmente? ¿Cuáles son algunas cosas que las hacen diferente a usted? ¿Hablan un idioma diferente, se visten de manera diferente, o comen diferentes comidas? Examine cuál es su actitud hacia personas que son diferentes a usted. ¿Refleja su actitud el corazón de Dios?

Punto de Acción: El aprendizaje acerca de otras culturas resulta mejor por experiencia, y no simplemente leyendo libros o revistas. Mire a su alrededor donde usted vive, trabaja, juega, compra, y come. ¿Qué oportunidades tiene para conocer personas de otras culturas? Haga el esfuerzo de entablar amistad con los que no pertenecen a su propio grupo étnico.

Si observamos de cerca a la división de la población mundial que se indicó arriba, vemos que por cada creyente consagrado hay siete que no son creyentes y que hay que evangelizar (porque no podemos depender de los creyentes nominales). Esto quiere decir que si todo creyente consagrado va y lleva al Señor a siete que no son creyentes, ¡podríamos llevar a término la tarea de evangelización mundial!

   

Pero, un momento. Pensándolo bien, ¿por qué no es así de sencillo?

Cada creyente consagrado pudiera hallar a cuatro no creyentes en su propio grupo étnico y llevarlos al Señor. Pero será mucho más difícil hablarles eficazmente del evangelio a los tres no creyentes que pertenecen a otros grupos étnicos. Hay muchas barreras que cruzar para que esto ocurra.

B. Barreras para que las Étnias no Alcanzados conozcan a Jesús

Los no alcanzados son inalcanzados por buena razón. ¿Se pregunta usted, en estos tiempos modernos de computadores y aviones a reacción, por qué el 30% de las personas de la Tierra todavía no saben quién es Jesús? ¿Cómo es que una bebida llamada “Coca-Cola” ha penetrado en casi toda étnias en el mundo en menos de cien años, cuando el evangelio no ha logrado hacerlo en dos mil años?

   

Algunas de las respuestas son obvias, y otras no. Algunas de estas personas viven en lugares muy remotos y apartados, o hablan sólo su propio idioma y no tienen disponibles ni porciones bíblicas ni materiales de evangelización. Muchas naciones no tienen libertad de religión; sus étnias tienen prohibido por la ley (a veces bajo pena de muerte) cambiar sus creencias religiosas. Por supuesto, como en cualquier cultura, puede haber sospecha por las nuevas ideas, nuevas creencias, o cualquier tipo de cambio.

Hay otras razones por qué las étnias no alcanzadas no tienen iglesias. Algunas no tienen nada que ver con las étnias inalcanzadas o su situación política, pero sí mucho con nosotros, el 10% de la población de creyentes consagrados. El desinterés del creyente bien podría ser el mayor obstáculo para el evangelio. Tal vez fue este tipo de desinterés lo que llevó a Jesús a volcar violentamente las mesas de los vendedores y cambistas que había dentro del templo de Jerusalén, y decir: “¿No está escrito: ‘Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones’? Pero ustedes la han convertido en ‘cueva de ladrones’.” (Marcos 11:17)

El desinterés es la razón por la que muchas iglesias ya no oran por las necesidades de todas las naciones. Le robamos a Dios al no bendecir a las naciones con lo que él nos ha dado. La falta de oración y la falta de ofrendas de parte de los creyentes son obstáculos para la extensión del evangelio.

Jesús dijo que la mies es abundante pero que los obreros son pocos (Mateo 9.37). La falta de obreros cristianos que vayan y proclamen las Buenas Noticias a los no alcanzados es un gran problema. La abrumadora mayoría de creyentes llegaron a seguir a Jesús debido a que alguien les habló de las Buenas Nuevas de un Dios que les amó tanto que envió a su Hijo a la Tierra para que llevara el castigo de sus pecados. “Personas hablándoles a otras personas” es el plan de Dios.

C. El Gran Desequilibrio

En tanto que la necesidad más grande es obreros que crucen las barreras culturales para proclamar el evangelio a las étnias no alcanzadas, sólo el 2% de los obreros misioneros cristianos va a esas étnias no alcanzadas. Casi todos ellos—el 98%—van a las étnias ya alcanzadas.

Desdichadamente, los fondos para la obra de esparcir el evangelio se gastan en las mismas cantidades. Sólo el 2% de todas las ofrendas misioneras mundiales va a la obra entre los no alcanzados, mientras que el 98% se vierte en las étnias que ya tienen el evangelio.

¿Es justo que nosotros oigamos el evangelio vez tras
vez mientras que miles de millones de personas nunca
lo han oído ni una sola vez?

Reflexión Personal: Jesús pronunció sus últimas palabras en la tierra y retó a sus discípulos a que vayan y prediquen las Buenas Nuevas. Los que oyeron su mandato lo obedecieron. Les hablaron a otros. Las personas han seguido hablándoles a otros en los últimos dos mil años. Alguien le habló a usted, y ahora usted es creyente. ¿Le ha hablado usted a alguien de Cristo y de lo que Cristo ha hecho por usted? ¿Ha invitado usted a alguien alguna vez a una reunión de evangelización? ¿Ha orado usted y ha dado sus ofrendas para los esfuerzos misioneros en el mundo?

Ore: Amado Señor: Quiero obedecer tus últimas palabras – el mandato de discipular a todas las naciones. Por favor, derriba las barreras que impiden que los confines de la tierra te conozcan. Te pido más recursos y más personas que vayan a predicar las Buenas Noticias a las étnias no alcanzadas. Establece tu iglesia en el mundo. Amén.

D. La Brecha y su Respuesta

Dios está buscando personas “que se pusiera en la brecha delante de mí, a favor de la tierra” (Ezequiel 22:30, RV).

Hay una gran “brecha” entre los lugares donde la iglesia cristiana ya existe hoy (en 14.000 grupos étnicos ya alcanzados) y el deseo de Dios de que su reino se establezca en TODA la Tierra. La brecha es real; se compone de 10.000 grupos de étnias no alcanzadas que no tienen a nadie que les proclame las Buenas Noticias de Jesucristo.

     

Cuando se alcanza a un grupo étnico (es decir, una iglesia fuerte echa raíces y puede evangelizar a los restantes miembros del grupo, sin ayuda externa), la brecha se reduce un poco. La Gran Comisión de Jesús es un mandato para cerrar esta brecha. Hay todavía muchos que no han oído el mensaje del evangelio del amor de Dios por ellos. La única manera en que oirán esto es que sus seguidores se interpongan en la brecha y trabajen para hablarles de Cristo.

Los creyentes responden en varias formas a la brecha. Aun cuando todos vinimos de allí en algún momento, algunos creyentes se olvidan muy rápido de que la brecha existe. Otros la ignoran por satisfacer sus propios deseos. Pero hay unos pocos que están plenamente conscientes de la brecha, y se preocupan profundamente por eso, porque saben que Dios se interesa.

Los creyentes consagrados se interesan en las personas no alcanzadas porque Dios se interesa. Estudian la palabra de Dios, estudian los eventos mundiales, oran, actúan.

Reflexión Personal: ¿Comprendo el deseo del corazón de Dios de que todas las naciones le conozcan? ¿Estoy dispuesto a unirme a Dios y a otros creyentes comprometidos para alcanzar a otros con el mensaje del evangelio?

Hay mucho trabajo que hacer, pero en efecto alcanzaremos a las étnias no alcanzadas restantes. Se lo predice en una escena del cielo descrita en el último libro de la Biblia:

"Después de esto miré, y apareció una multitud tomada de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas; era tan grande que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos de túnicas blancas y con ramas de palma en la mano. Gritaban a gran voz: “¡La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!” "(Apocalipsis 7:9-10).

    

En esta escena personas de todos los grupos étnicos del mundo adoran ante el trono de Dios. Este es el propósito de las misiones mundiales: Que todos las étnias de la tierra sean traídas a Dios por medio de Jesucristo y le adoren.

Si tiene un globo o un mapa del mundo, sáquelo, obsérvelo y ore:
Amado Señor: Gracias por hacer que me dé cuenta de la
necesidad global de discipular a las étnias no alcanzadas. Por favor, pon en mi corazón tu interés por los perdidos. Ayúdame a interesarme más profundamente por las cosas que te interesan. Dame el valor para actuar y ser parte de tus propósitos mundiales. Quiero hacer una diferencia. Te lo pido en el nombre de Jesús y por su gracia, amén.

Punto de Acción: Si ya está listo para hacer un impacto en las étniasno alcanzadas, únase a otros miles que han prometido lo que sigue. Firme en la línea respectiva y cuélguelo en algún lugar visible o póngalo en su Biblia para recordar su promesa.

[Adaptación de la promesa del International Student Consultation on Frontier Missions, Edinburgh, Scotland, Noviembre de 1980.]